"La cantera "

Muchos recordarán el año 1995, por aquella tormenta de nieve que prácticamente dejó bajo un manto blanco a Río Gallegos: La famosa “Nevada del 95”.

Pero no muchos recuerdan el caso Bañados:

Comenzaba el año 1995, y la última vez que fueron vistos data del 6 de Diciembre de 1994. Desde ese día nadie supo más de ellos. Sólo había que esperar. Y fue así, que a los 38 días de estar ausentes, la verdad salió a la luz. O quizás solo sus cuerpos.

Pasó Año Nuevo. Pasaron los Reyes Magos. Pero no para ellos tres.

Era viernes, 13 de Enero de 1995. Una persona civil de sexo masculino – de ese modo lo identifica la policía -, se encontraba trabajando en una cantera, a 10km de nuestra ciudad en el camino viejo a Palermo Aike. Debido al mal olor que sentía en la zona decidió descubrir la procedencia del mismo, y escarbó la tierra sin imaginar lo que encontraría. El hallazgo más macabro dentro de la historia de Río Gallegos se presentaba frente a sus ojos.Inmediatamente dio aviso a la policía, para que terminen el trabajo que él mismo había empezado.

Es que debajo de la tierra, se escondían los rastros de una muerte terrible. Una mujer y sus dos pequeños hijos habían sido enterrados, con la misma soga sujetando sus cuellos, y la identidad perdida por el tiempo transcurrido. Irreconocibles, allí estuvieron hasta que alguien, sin querer los encontró. Pero la zona, la cantera, el camino viejo, todo era perfecto para guardar el secreto, aunque siempre existe un momento para todo, inclusive para que este sea descubierto.

María Cristina Bañados Oyarzo, fue asesinada junto a sus hijos, Jessica Pamela Bañados (4 años) y Manuel Alejandro Chávez (2 años). Los ahorcaron hasta asfixiarlos, y luego los enterraron, con una distancia de 5mts, lejos de su madre. Tenía un tercer hijo, en aquel entonces de 6 años de edad, quien quedo bajo tutela de sus abuelos.

Mientras que su concubino, de apellido Chávez, padre de una de las víctimas (Manuel Alejandro de 2 años), realizó una exposición ante la ausencia de Maria Cristina y los niños. Y al momento de prestar declaración e identificar los
cuerpos, surgió un detalle que dejó a la policía con la seguridad de estar con un posible sospechoso y porque no, con el autor del crimen.

Chávez, reconoció el cadáver de los niños y el de la mujer, mencionando que la ropa, el cabello, inclusive el peinado era el mismo… y eso era imposible. Porque producto del sometimiento de los cuerpos a la descomposición bajo la tierra, la cabeza de la mujer se desprendió y al momento de exponer los cuerpos a la identificación, las partes se encontraban en lugares distintos.

¿Cómo Chávez pudo saber que peinado tenía el cuerpo sin vida, si la cabeza no estaba en su lugar, ni tampoco le fue expuesto? ¿Por qué lo declaro?

Estas son las preguntas que no tienen respuesta alguna, y sin pruebas concretas la justicia no puede hacer mucho más. Es así que una vez transcurrido el tiempo, Chávez se fue de la ciudad. Y no actúo solo, se supo que hubo más de un participante en este caso.

Que fue lo que ocurrió, nadie lo sabe. Sólo nos queda recordar que la mente humana no tiene
límites, menos cuando se trata de una mente criminal. Río Gallegos no escapa a esta realidad. ¿Qué mas puede pasar? Mucho más… no lo vas a poder creer.

Fuentes: Diario "La Opinion Austral" - archivo 14/01/1995 - 15/01/1995 - 17/01/1995.-
Entrevista: Crio. Valenzuela - archivo enero 2009