viernes, 9 de octubre de 2009

(TP3) Recorriendo la Web:

“Recorriendo la memoria”


En el artículo anterior, conocimos uno de los hechos mas criminales en la historia de Río Gallegos: “La Cantera" Pero es sabido que no fue el único. Quizás el ensañamiento con las víctimas, mientras éstas aún estaban vivas, lo califique como uno de los peores y más macabros acontecimientos. Y la pena que le correspondería al asesino sería la máxima, a diferencia de aquel que mata por error, y luego descuartiza la evidencia.

Era viernes, 5 de septiembre de 2008. El frío, la calma, el cielo nublado, permitían percibir que sería un día distinto. Mientras “Cadena Perpetua” presentaba su nuevo disco en nuestra ciudad, una persona convertiría esa noche en su propia condena.

A las 00hs, los bomberos reciben un alerta sobre un principio de incendio en un descampado ubicado en pleno centro. Era un siniestro menor, que al ser combatido se convirtió en el caso más impresionante de los últimos tiempos en nuestra ciudad. Debajo de las llamas yacían los restos de un ser humano: una pierna, parte de otra y lo que parecía ser dos manos. Y a 600mts, en la vereda de un supermercado ubicado en calle Los Pozos, se encontraban rastros de un crimen sin antecedentes. Dentro de una bolsa de consorcio se hallaban los dos brazos y la otra pierna.

Quizás la pieza mas importante, la que permitiría reconocer la identidad del rompecabezas, fue lo último en aparecer. Sin embargo el autor de este crimen se presentó sólo, y resolvió el misterio que solo duro 2hs.

Lucas Guaymas era un joven de 25 años, tímido, de estatura baja, cabello negro largo hasta los hombros, tez oscura y un gusto particular por el alcohol. Oriundo de Salta, vivía como una golondrina (sin domicilio fijo) y su oficio era la construcción. A la vez era sereno de la vivienda en la cual estaba trabajando y la que pronto se convertiría en la escena del crimen.

Según la hipótesis de la policía, se conocieron el jueves 4 de septiembre en el mismo supermercado donde hallaron restos humanos. Ella residía en la ciudad desde la noche anterior, y su estadía en la ciudad no fue más de 24hs. Se llamaba Elizabeth Shirley Adaro Davies, tenía 27 años, y un hijo de 7, a quién dejó en su lugar de origen, en la provincia de Jujuy. La prostitución era su fuente de trabajo, y el motivo por el cual decidió llegar hasta aquí. Pero nunca imaginó el desenlace que iba a tener su vida en este nuevo destino.

El motivo que llevó a Guaymas a matar a Elizabeth es un gran misterio, las suposiciones son muchas. Entre ellas circula la versión de que él quería sus servicios y ella se negó, denigrando su masculinidad, desatando así la furia en Lucas. Éste tomo una masa, y le golpeó la cabeza logrando así una muerte inmediata. Quizás el miedo, el error, y el alcohol perturbaron sus sentidos. La guardo en un placard, limpio la escena y luego tenía que eliminar el cuerpo. Con un cuchillo tramontina, cortó las extremidades, las colocó en bolsas de consorcio, mientras que la cabeza y el torso se encontraban en una especie de encomienda, ocultos debajo de la cama.

Nunca se sabrá cual fue la razón por la cuál Lucas Guaymas mató a Elizabeth, descuartizó su cuerpo y luego prendió fuego las partes que pudo. Es un caso que se resolvió rápido. El asesino se entregó en el cuartel de bomberos, entregó las llaves donde se hallaba la evidencia, fue arrestado y luego de aguardar 41 días su sentencia, con el borde de un colchón, se suicidó.

Son muchos los crímenes que tienen como característica común, desmembrar la evidencia. Quizás con el fin de dificultar la identificación de la victima. Río Gallegos fue escenario de un acto criminal único en la ciudad, impactando en la sociedad por mucho tiempo. Sin embargo, luego de transcurrido más de un año, pocos recuerdan estos nombres.